Si este poemario lo hubiera leído cuando tenía el alma en mil pedazos, lo hubiera disfrutado más, pero leerlo hoy me ha hecho darme cuenta de lo que he superado, de lo bien que estoy ahora, de lo poco que escuece aquel desamor. Las estrellas que le doy, no son por la calidad de los versos, que son excepcionales, si no por como me he sentido al leerlo. Mónica Gae versa de vicio.