La obra de Carlos Aurtenetxe en su conjunto compone una arquitectura hipnótica. Una estructura que reproduce una maquinal e instintiva respiración mental.Sus libros no son una suma de piezas, arracimadas por un título; sino una experiencia estética del cuerpo total de una obra. Un discurso intelectual y físico a un tiempo; un discurso desde la verdad del cuerpo, desde la potencia o fuerza de existir que aleatoria y entrópicamente los gobierna. Se trata de una obra profundamente intuitiva y espiritual; entregada a la escucha de la voz de uno, a la revelación y el rapto. Si bien, siempre de forma sobria y contenida; a pesar del hondo dolor que las alienta. Un dolor lúcido y se- reno, domesticado a fuerza de insomnios.