Mis poemas son palabras que brotan de una raíz oculta que asoma a través de una escritura sensible, plagada de un sentir a veces difícil de descifrar. Estos textos hablan de cielos, de colores claros y oscuros, de naturaleza, de imágenes indescriptibles, de las estaciones del año como ojos a través de los que mirar nuestro mundo, de amor cotidiano, del mar, de deseos que buscan su propio puerto, de los elementos que, en definitiva, construyen nuestros días y nuestro tiempo que pasa volando como si de una mariposa alada se tratase. Etimológicamente la palabra raíz viene del latín: radix, que es lo que hace a las plantas fijarse al suelo a fin de obtener el sustento nutritivo del mismo. Con la escritura de estos poemas he buceado en la lengua, en la poesía petrificada como si estuviera intacta en mí y necesitase una mariposa para avivarse y transformarse en versos despiertos y fugaces.
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