Nos sorprende este verano que comienza en la primavera, en la primavera de dos pescadores de hojas, y está lleno de años que pasan de puntillas por la casa. Historias en apariencia demasiado cotidianas, en apariencia demasiado fantásticas. El acierto de este libro está en arrastrar al lector, llevarlo con la autora por su propia calle, hacer que mire ni más ni menos que lo que ella quiere que el lector vea. Pero no miente. Es el truco del tahúr, el buen truco, ese del que el lector es consciente, pero a pesar de todo, a pesar de evidenciar la trampa, se deja llevar por el engaño fascinado por la magia.Pepa Merlo