Madrid, fundada en el siglo IX, aún sigue en obras. Y con razón la gente se impacienta. Es verdad que cansa dar rodeos y saltar zanjas. Pero ¡paciencia!, que esto de las reformas, las reedificaciones, el desarrollo de edificios e infraestructuras y los arreglos varios es algo que viene de atrás. Y no va a parar. Lo mejor es que vayamos haciéndonos a la idea. Así que a quienes estéis pensando en que cualquier tiempo pasado fue mejor, también en lo tocante a las zanjas, el polvo y la incomodidad, queremos deciros que esto no es así. También en materia de obras cualquier momento pasado no fue, necesariamente, mejor. Simplemente fue anterior. Si aún no lo veis claro, pensad, por ejemplo, en los madrileños que vivieron en tiempo de los Reyes Católicos, cuando se levantó el hospital de la Latina. Quizá lo peor fuese vivir en Madrid cuando llegaba una nueva dinastía y ponía la ciudad patas arriba para crear un espacio más acorde con sus valores. Si además los nuevos reyes traían a expertos del extranjero, a la incomodidad de las obras se unía, generalmente, el mal rollo con los de aquí, que se verían desplazados. ¿Y qué podemos deciros de los problemas para encontrar vivienda? Pues que tampoco son nuevos. Ojo, que los madrileños somos muy nuestros y, si hace falta, nos ponemos manos a la obra y construimos nuestras propias viviendas. Como hicieron los vecinos de El Pozo del Tío Raimundo a mediados del siglo XX. Y sin haber estudiado arquitectura, ni urbanismo ni Cristo que lo fundó. En este libro te hablaremos de esos personajes que fueron construyendo Madrid desde su fundación. A través de sus páginas viajaremos en el tiempo en busca de las mujeres y de los hombres que a través de los siglos fueron dando forma a nuestra ciudad.