Hija de judíos acomodados, Heda Kovály vio cómo su mundo se venía abajo con la anexión de Checoslovaquia a Alemania. Fue deportada junto a su familia al gueto de ?ód? en 1941 y luego a Auschwitz; casi al final de la guerra logró escaparse durante un traslado de prisioneros. Tras permanecer oculta en Praga, en 1945 consiguió reunirse con su novio Rudolf Margolius, que también había sobrevivido a los campos, y con quien se casaría poco después. En 1952, Margolius era secretario de Estado de Comercio Exterior del gobierno comunista checoslovaco cuando, en una de las primeras purgas estalinistas, fue condenado a muerte. Heda Kovály y su hijo, repudiados por el establishment, fueron obligados a llevar una vida precaria durante años.