Jerónimo, un periodista con veleidades de investigador, tratará de esclarecer un misterio oculto durante siglos en las entrañas de una mina. Pero sus loables intentos por sacar la verdad a la luz se verán obstaculizados por sus propios deseos. La eterna lucha entre el deber y el placer es el hilo conductor de esta pequeña odisea en la que el lector descubrirá con el protagonista un episodio poco conocido en la vida de Mateo Alemán, autor del Guzmán de Alfarache. Apócrifos y Quimeras es la primera parte de la trilogía Quimeras.?Es una trama original, divertida y que, sin pretenderlo, consigue enganchar al lector. La acción se va intercalando de una forma natural y al lector no le da tiempo a olvidarse de una trama mientras lee la siguiente.? Ana Segarra ?Apócrifos y Quimeras es una novela que se lee de un tirón. Es fresca, divertida, está escrita con una prosa ágil que hace que la lectura sea muy agradable. La mezcla de novela contemporánea e histórica, el desenfado de la historia y la calidad de la prosa, hacen que sea una novela muy interesante.? Leonor Sánchez ?Es un texto interesante en lo que concierne al argumento, a la ambientación y los escenarios. Es divertido y fresco, con un humor irónico y sarcástico que evidencia una sonrisa en el lector, escenas muy entretenidas y un protagonista con fuerza. La voz en primera persona y el estilo son los grandes pilares de la historia.? Nuria SierraAPÓCRIFO Llamamos apócrifos a ciertos libros por los misterios que encierran en sí. Son apócrifos los libros que, aunque contienen buena y sana doctrina, no consta de su particular autor. Finalmente son libros y cuentos apócrifos, los que no tienen autoridad para darles crédito, aunque sean de autores nombrados y conocidos. QUIMERA Tuvo este monstruo tres cabezas, de león, de cabra y de dragón, con esta alegoría del progreso y discurso del amor, que al principio es como león, por la ferocidad con que el amante se arroja a querer, al medio como cabra, si alcanzando su pretensión, no tiene modo ni término en su lujuria, como la cabra libidinosa, al fin su postrimería se remata con la mordedura de la serpiente, el arrepentimiento causado del daño que ha recibido.