A finales de 1851 Granada es una ciudad extraña. Brilla su hechizo durante el día en las callejas sinuosas y asciende hasta el Albaicín, siempre vigilado por la Alhambra. De noche, esas callejas se cubren de sangre y el hechizo se vuelve contra los granadinos, convirtiéndolos en criaturas del abismo.En ese abismo de monstruos también vive Juan Collantes, sobre todo desde que su madre enfermara. Para colmo su padre, Leonardo, incapaz de aceptar la realidad, se ha entregado a sombríos rituales peregrinando tras la caída del sol a la lúgubre y solitaria colina con forma de sombrero, habitada por la omnipresente Sibila, a quien los Collantes y los Biéveris, las familias más poderosas de la ciudad, han consultado desde tiempos remotos.La cordura del Señor de Granada está a punto de quebrarse, pues sus sueños le advierten de que los Biéveris esperan el momento adecuado para asestarles un golpe definitivo. Para Juan, la locura de su padre ya no tiene remedio, y dejarle vivir podría suponer el final de los suyos.