A punto de entrar a su habitación, se dio vuelta una vez más, su mirada recayó sobre Deodatus y, con el picaporte en la mano, ¡se quedó como petrificado! Sus lúgubres ojos irradiaban un fuego salvaje, al tiempo que una palidez cadavérica recubría su convulsivo y trémulo rostro.humor¡sticos llegan hoy hasta nosotros gracias a la puntillosa labor de salvaguarda realizada por Abrasha Rotenberg, trovador moderno de la cultura judaica.ica española, se examina la presencia de personajes de la mitolog¡a y de la historia grecolatinas, de personajes b¡blicos, de motivos b¡blicos, de algunos tópicos literarios de la tradición y de la tradición m¡stica española. En lo tocante a la poes¡a europea, se observa la evolución de la descriptio pueri más allá del horizonte del petrarquismo y se localiza la sombra evanescente del gato de Cheshire de Lewis Carroll y la rosa de Shakespeare en sus versos, además de utilizar la «Eleg¡a I» de Rilke como clave interpretativa iluminadora de la enigmática figura del Enemigo ¡ntimo. En lo tocante a la modernidad y la contemporaneidad poéticas hispanas, se contrasta con Las brasas, de Francisco Brines, y con La yerba, de Luis Mart¡nez Drake, las otras dos propuestas condecoradas en el Premio Adonáis de Poes¡a de 1959, y con Solo tu nombre es mi enemigo, de Manuel Francisco Reina, una especie de contestación amorosa a Enemigo ¡ntimo. En lo tocante al resto de la obra literaria de Gala, se interconecta con el soneto «Del amor» y con los Sonetos de La Zubia, con Los verdes campos del Edén, su primera pieza dramática estrenada, con un art¡culo en forma de carta que aborda el personaje y la idea del Enemigo ¡ntimo, y con un verso que, ligeramente reformulado, es común a Enemigo ¡ntimo y a El poema de Tob¡as desangelado.