Esta obra analiza la relación entre el aprendizaje de idiomas, el estudio de otras culturas y la adquisición de la capacidad de comunicarse salvando las fronteras culturales. Sostiene que los estudiantes de idiomas tienen que desarrollar una sensibilidad hacia la diferncia cultural cultural y el impacto que ésta ejerce en la comunicación, pero también que pueden adquirir la capacidad de descubrir e ineterpretar otras culturas, otros sistemas de valores, creencias y conductas que organizan la comunicación transcultural.