En 1999, el pintor Joan Vila-Grau recibió el encargo de diseñar y realizar las vidrieras que forman el gran ventanal de la fachada de Poniente de la Sagrada Familia. Estudió el templo, así como el concepto y la función de las vidrieras en las diversas obras de Antoni Gaudí, y emprendió la realización del ventanal de la Resurrección, que fue instalado a mediados del año 2001. La Junta Constructora del Templo de la Sagrada Familia le encomendó el diseño y la realización de la totalidad de las vidrieras del templo, tarea de la que se ocupa desde entonces. El propósito de Joan Vila-Grau es el de desarrollar una auténtica y sugerente sinfonía de color y luz para crear, con su estilo personal, ese ambiente que envuelve todo el templo y hacer realidad así el deseo que expresan las palabras de Gaudí: «La Sagrada Familia será luminosa... Será el templo de la luz armoniosa».