El Iris de Salamanca es una obra teatral de Cayetano Cabrera y Quintero, perteneciente al género de la comedia moralizante, donde se presentan episodios de la vida del sacerdote San Juan de Sahagún, una figura venerada en la historia religiosa española por su vida ejemplar y su dedicación a la fe cristiana. La pieza tiene un claro propósito didáctico: busca modificar las normas de conducta de una sociedad decadente, proponiendo un modelo donde la razón y la virtud prevalecen sobre las pasiones y los impulsos.La obra se centra en la vida de San Juan de Sahagún, quien desde su juventud demuestra una inclinación hacia la virtud y el servicio a Dios. Criado en un entorno que favorecía el ascenso eclesiástico, Juan renuncia a los beneficios materiales y adopta una vida austera de entrega a la fe. En la obra, se le presenta como un mediador en un contexto de violencia y conflicto en Salamanca, donde busca pacificar enfrentamientos y actuar como guía espiritual.A través de sus diálogos con personajes como Pedro, su fiel acompañante, la obra ilustra el sacrificio personal de Juan y su lucha por llevar un mensaje de paz a una sociedad marcada por el desorden y la falta de moral. Su carácter ejemplar se pone de manifiesto en sus actos de generosidad y en su rechazo a los honores mundanos, valores que, en contraste con las actitudes de otros personajes, refuerzan la enseñanza moral que la obra busca transmitir.Como en muchas comedias de carácter moralizante, la obra sigue la estructura clásica del teatro barroco, con una división en tres jornadas, diálogos en verso y una clara intención pedagógica. El lenguaje empleado es elevado y solemne, reflejando la importancia del tema religioso y moral. Además, la inserción de personajes secundarios con un tono más coloquial y humorístico, como Pedro, permite equilibrar la solemnidad del discurso principal con elementos de entretenimiento.El uso del contraste entre el protagonista y los demás personajes refuerza la lección moral de la obra. Mientras que Juan Sahagún representa la renuncia y la virtud, otros personajes como su criado Pedro aportan una visión más mundana y práctica de la realidad, sirviendo como contrapunto y reforzando la enseñanza del protagonista.El Iris de Salamanca se inscribe dentro de una larga tradición de teatro religioso y didáctico, donde las vidas de santos y figuras ejemplares son utilizadas como medio de enseñanza moral. La obra de Cabrera y Quintero sigue esta tradición, mostrando a su protagonista como un héroe de la fe cuya vida debe servir de inspiración para el espectador.Si bien la obra sigue una estructura predecible dentro del teatro moralizante, su mérito radica en la manera en que Cabrera y Quintero logran equilibrar la enseñanza cristiana con la narrativa teatral, evitando que se convierta en un simple sermón. La riqueza de los diálogos y la evolución de los personajes permiten que la historia fluya de manera natural, sin perder su mensaje central.El Iris de Salamanca es una obra que, más allá de su valor histórico y religioso, sigue siendo relevante por su reflexión sobre la ética y la responsabilidad moral en la sociedad. Su protagonista, San Juan de Sahagún, encarna el ideal cristiano de sacrificio y servicio, ofreciendo un modelo de virtud que resuena en el público.Con un enfoque didáctico pero accesible, esta comedia moralizante de Cayetano Cabrera y Quintero es un claro ejemplo del teatro español del Siglo de Oro, combinando enseñanza y entretenimiento en una historia que trasciende el tiempo. Ideal para quienes buscan una obra con profundidad espiritual y una visión humanista del deber y la fe.
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