Por el autor de Respira, un libro que nos zambulle en un océano de historias, anécdotas y descubrimientos científicos.

Durante una visita a Grecia, Nestor asistió a los campeonatos mundiales de apnea y quedó asombrado al ver a hombres sumergirse a pulmón a más de 90 metros de profundidad. Decidió entonces recorrer el mundo para estudiar nuestra relación con el océano y descubrió que, al igual que las ballenas se comunican entre sí a cientos de kilómetros de distancia o los tiburones nadan en línea recta en la oscuridad, el cuerpo humano se adapta de forma natural al agua, lo que demuestra la existencia de un vínculo ancestral con las profundidades marinas.