La primera provincia del Alto Egipto, con su capital Elefantina, fue un territorio clave en la antigüedad, al encontrarse en la frontera sur entre Egipto y Nubia, justo al norte de la Primera Catarata. Desde 2008, Alejandro Jiménez Serrano ha dirigido unamisión arqueológica en la necrópolis de Qubbet el-Hawa, donde están enterrados los altos funcionarios de Elefantina. En Descendientes de un Dios Menor, se reconstruye un panorama histórico novedoso sobre las dinámicas de estas elites gobernantes a partir de los registros textuales y de datos arqueológicos, algunos de ellos producto de su excavación arqueológica.Jiménez Serrano analiza el origen de las elites locales de Elefantina y su papel en el comercio y las relaciones internacionales con Nubia y las regiones vecinas, desde el final del Reino Antiguo hasta el final del Reino Medio. Explora el desarrollo de estos grupos de poder, organizados como lo estaban en households complejos, que en muchas ocasiones emulaban el funcionamiento de la corte real. Profundiza en diferentes aspectos del mundo funerario, la memoria social y la legitimidad política a través del estudio del culto funerario de un gobernador de Elefantina de finales del Reino Antiguo, Heqaib, que se transformó en una divinidad local y además fue reivindicado como el antepasado mítico de la familia gobernante de Elefantina.La historia del antiguo Egipto se ha escrito tradicionalmente desde la perspectiva del palacio real. Esta nueva historia deuna región estratégicamente importante no solo modifica las percepciones existentes sobre la vida de los altos oficiales locales entre los Reinos Antiguo y Medio, sino que también introduce nuevas pruebas que respaldan reconstrucciones más complejas y detalladas de cómo el poder era ejercido por las familias de la elite.