Híbrido entre prosa, poesía, autoficción, memoria y crónica postal, Casa se busca compone, a modo de mosaico, o de rompecabezas, un autorretrato emocional.

A veces me agarra una voluntad destructiva de objetos. La llamo así porque llamarla torpeza es humillante e inexacto y prefiero llamarla voluntad aunque no la comprenda, aunque este impulso no sea asimilable a la intención ni a la consciencia. Es algo más que una torpeza. Vuelco agua y me resbalo en el suelo mojado, tiro el vino sobre la computadora y el parlante, rompo los libros cuando quiero mostrarlos, mancho con aceite la camisa nueva y le echo mal la sal, como si no importara. Quiero arreglar la canilla que gotea y armo una inundación. Golpeo la ventana que no cierra hasta descoyuntarla. Me impacientan las cosas que asumo que debieran ser transparentes, funcionales, y sin embargo fallan. Es una especie de impaciencia platónica, una furia ante el cuerpo, la consideración de la materia como una resistencia, un obstáculo. Como si no supiera ya que es la materia el instrumento vibratorio, es la materia lo que permite que haya música. Como si todavía creyera en una música celeste.

Socorro Giménez(Mendoza, Argentina, 1973) nació y creció al pie de la Cordillera de los Andes. Se licenció en Filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo y después se trasladó a Barcelona, donde vivió seis años. Allí trabajó como camarera, como lectora y correctora para diversas editoriales y en una productora de exposiciones de arte mientras hacía un posgrado en Estética. Desde 2008 vive en Buenos Aires, donde es coordinadora de publicaciones del museo MALBA y hace traducciones del inglés para editoriales españolas y sudamericanas. Casa se busca es su primer libro publicado. .