En el marco de la historiografía pedagógica hispana se echa de menos investigaciones que puedan mitigar la significativa carencia de trabajos sobre Historia de la Educación en las Edades Media y Moderna. Un vacío muy sentido desde hace décadas, que el Grupo de Estudios Medievales y Renacentistas (GEMYR), con sede en el departamento de Historia de la Educación de la UNED, pretende llenar en lo posible, alentando investigaciones que dinamicen el interés heurístico por unas etapas que resultan clave en la comprensión del devenir pedagógico occidental. El presente libro se presenta como testimonio de esa posibilidad. Consta de dos partes: una, dedicada a la cultura medieval, con cinco trabajos; la otra, con seis investigaciones, está referida a la Edad Moderna. El periodo medieval lo abre Susana Guijarro, profesora de la Universidad de Cantabria. Su trabajo: De las Escuelas a las Universidades en la España Medieval: Maestros, Enseñanzas y Libros, constituye una síntesis muy sistemática sobre la evolución de las instituciones docentes, el sentido del magisterio y la importancia del libro en la Edad Media. A continuación, el profesor Josué Villa Prieto (UNIR), analiza los diversos Tratados educativos de la Baja Edad Media y sus criterios de selección y clasificación. Una preocupación taxonómica en la que ahonda David Nogales Rincón, profesor en la Universidad Autónoma de Madrid, al abordar las dificultades clasificatorias de los espejos de príncipes: Educar al rey: modelos y fronteras de la literatura de espejos de príncipes en la Corona de Castilla. A continuación, el doctor Guillermo Arquero (UNED), analiza los referentes jurídicos del título XXXI de la Segunda Partida de Alfonso X el Sabio, referido a la naturaleza y organización de la universidad medieval. La serie se cierra con un trabajo sobre el humanista Fernán Pérez de Guzmán (1377-1460), realizado por Luis Fernández Gallardo. En su análisis, el Dr. Fernández plantea cómo la obra de Pérez de Guzmán inspiró aspectos genuinos del humanismo hispano y europeo del siglo XVI. La segunda parte se centra en la virtualidad del libro y las bibliotecas como símbolo de la Modernidad. Juan Ignacio Guglieri inicia la serie con un trabajo sobre el teólogo flamenco Jacobo Middendorp (1537-1611): De celebrioribus universi terrarum orbis academiis libri duo, publicado en 1567. Se trata de una obra, no traducida a lengua castellana, que puede considerarse uno de los primeros precedentes historiográficos sobre el devenir de las universidades en Europa. A continuación, Arturo Torres, doctor en Historia de la Educación, presenta De conscribendis epistolis, de Erasmo de Rotterdam (1522). Obra en la que el roterodamo muestra todo un manual sobre los distintos tipos de letras, de estilos, la variedad de cartas, hasta orientaciones sobre cómo saludar, despedirse, persuadir y disuadir epistolarmente. La tercera aportación es una obra inédita, en formato bilingüe latín-castellano, de Cristóbal Hegendorf (1500-1540): Christiana studiosae iuventutis institutio (1526). El estudio, realizado por la Dra. Lía Viguria Guerendiain, profesora en la Universidad Rey Juan Carlos, es un ejemplo del sentir pedagógico de la cultura protestante. Los últimos trabajos se refieren a la virtualidad de tres fondos bibliográficos presentados por profesores de la UNED: la biblioteca privada del calvinista neerlandés Juan Funguerio (1546-1612) —Beatriz Comella—, los libros en castellano de la biblioteca del colegio jesuita de Burgos —Fermín Sánchez—, y los libros de teología del colegio de los jesuitas de Pamplona —Javier Vergara—. Tres ejemplos que ponen al descubierto la importancia de las bibliotecas como fondo documental insoslayable para estudiar la cultura y la construcción del conocimiento moderno.