En 1944, en plena Segunda Guerra Mundial, meses antes del Desembarco de Normandía, la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos preparó este Manual de campo de sabotaje sencillo ?según su denominación completa? para informar a los ciudadanos de cómo realizar actos de sabotaje bajo determinadas circunstancias y convertirlos, así, en «saboteadores». Dichos actos, considerados patrióticos en este contexto, iban esencialmente encaminados a la defensa del país en caso de ocupación a manos de un enemigo invasor. Desclasificado por la CIA en 2012, esta edición presenta traducido al castellano un documento insólito de enorme valor histórico.«Los actos de sabotaje sencillo se están produciendo en toda Europa. Se debe hacer un esfuerzo para aumentar su eficacia, reducir su detectabilidad y aumentar su número. Multiplicados por miles de ciudadanos saboteadores, pueden ser un arma efectiva contra el enemigo. Pinchar neumáticos, vaciar depósitos, provocar incendios, iniciar discusiones, cortocircuitar sistemas, echarán a perder materiales, mano de obra y tiempo. Llevado a cabo a gran escala, el sabotaje sencillo será un lastre constante y tangible para el esfuerzo bélico del enemigo».
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