Manuel Ferrer Muñoz, el Padre Ferrer S.I. como habitualmente se le conocía, nació en El Padul en 1920 y falleció en Málaga en 2009. Tras un largo periodo de forma-ción fue ordenado sacerdote en 1952 y al poco tiempo comenzó a dirigir las Con-gregaciones Marianas de los Jesuitas en Málaga, Almería y Granada, esta última du-rante casi veinte años, hasta su supresión en 1972. Bajo su influencia se formaron miles de jóvenes que completaron sus estudios académicos con la formación religio-sa, pero también con el desarrollo de su carácter y personalidad y un acendrado amor a la cultura que alentaría la vida personal e, incluso, orientaría la vida profesio-nal de muchos de ellos, según se refleja en los Testimonios de algunos de sus discí-pulos que se insertan al final del trabajo. Una forma de conseguir estos objetivos fue el contacto con la naturaleza y, particu-larmente, con Sierra Nevada, en cuyas excursiones, marchas, travesías y campamen-tos, los jóvenes se ejercitaron en el compañerismo, la amistad, el esfuerzo, la lucha y la pasión. Esta experiencia y el conocimiento adquirido a través de ella, movieron a