De nuevo Manuel Espejo vuelve a desnudar el alma y lo hace a través de sus versos. Poemas que cuentan historias y, lo hacen con más profundidad si cabe. Tocando todos los sentidos y trasladando su pensamiento al nuestro. Con una sensibilidad exquisita de palabras e imágenes tan reales como la vida misma. Un lenguaje claro para llegar al universo de quien nos rodea y a la vez, compromiso y visión de una sociedad que hemos de transformar entre todos, comenzando por uno mismo. Otra vez, Manuel se planta en la piel de cualquier hombre o mujer de nuestro tiempo y pasea la mirada por cada instante que capta y atrapa con las palabras. Evolución y sentimiento vuelven a tomar voz en la boca que quiera declamar su poesía y llevarla a una íntima comunión con el alma, el corazón y la realidad que vivimos. ESCUCHA MI VOZ y, entonces todo se transforma y adquiere otra dimensión, una belleza efímera que se multiplica, nos hace vibrar, estremecernos y emocionarnos, mientras abre puertas para que sus poemas lleguen a cualquier rincón de la tierra. Sí, allí donde unos ojos y unos oídos detengan el silencio y escuchen su voz.