El pueblo duerme son once relatos que transitan entre la modernidad y la posmodernidad, lo rural y lo urbano, el amor y el odio, en un diálogo mágico hilvanado a base de mala leche, desesperación y a veces, con todo, ternura. El pueblo duerme también es un golpe en la mesa y una huida, pero, ¿hacia dónde, cuando todos los caminos llevan al punto de partida? Las mujeres protagonistas están a punto de estallar: son nuestras abuelas, madres e hijas, presentadas así, derechitas como un faro que nos ilumina la salida (imposible) de los pueblos, las ciudades y los campos. Esto también va de imaginario andaluz, de una cotidianidad maravillosa y terrible, con un tono que oscila entre la tristeza más absoluta y lo cómico, quizás porque la alegría y la pena, a fi n de cuentas, son cosas muy de aquí y muy flamencas. Julio AbelendaCasi todas las mujeres que viven en las páginas de este libro tienen nombres y apellidos. Todas son protagonistas y antagonistas al mismo tiempo, todas recorren las calles de pueblos que no son los nuestros pero podrían serlo. Las historias que componen El pueblo duerme tienen algo de salvaje y algo de hogareño. Algo extranjero y algo vecino. Algo de Lorca y de los Sex Pistols. Tienen belleza, piedad y humor, que son los únicos recursos para hacer de la vida y de la literatura un lugar habitable. Marta B Zapata