El bergantín Apóstol Santiago, de doce cañones por banda, acaba varado junto a una ínsula desconocida tras una escaramuza contra un navío inglés.Para los oficiales, es urgente reparar la nave antes de que se acaben las provisiones. El capitán, Íñigo de la Sierra, ordena desembarcar al mermado regimiento de Infantería de Marina para buscar agua. El miedo comienza a asolar a la tripulación cuando cae la noche y no regresan. La angustia por la pérdida de los compañeros en la refriega y por las sanciones desproporcionadas del maestre Álvaro Cevallos hacen aumentar el descontento entre la tripulación. Descontento que se transforma en pánico cuando un terrible incidente hace que las posibilidades de escapar de la isla sean cada vez menores. El regimiento de Infantería de Marina es el primero en descubrir que no están solos. Acaba desperdigado por la isla con intereses enfrentados.