En la moderna crisis económica que ha convulsionado las economías mundiales, especialmente la de 2008, muchas empresas tuvieron que afrontar múltiples reclamaciones a causa del impago por deudas previamente contraídas, a favor de personas físicas y jurídicas, privadas y públicas, dando lugar al denominado concurso de acreedores. Aunque se ha puesto de relieve, en el siglo d Oro del Derecho concursal español, la Curia Filípica, obra de Hevia Bolaños, impresa en 1613, y especialmente a Salgado de Somoza, con su Labyrinthus creditorum, que sistematizará la doctrina, es preciso señalar que la categoría jurídica aludida es obra de Amador Rodríguez Salamanca, con su Tractatus de concursu?, editada en 1616, y reimpresa sucesivamente en Lyon, París, Frankfurt y Amberes, sin que paradójicamente haya una sola traducción española. Abogado y juez de comisión del Consejo de Castilla, ha pasado casi ignoto hasta el presente, a causa del desconocimiento de su biografía, que ahora se realiza a partir de fuentes inéditas, en su mayor parte. Este canonista, también cursante en Leyes, y formado en las aulas salmantinas durante el último tercio del siglo XVI, asumió el oficio de síndico universitario más de un lustro, reclamando para el Estudios muchas deudas insatisfechas, en concurrencia con otros acreedores, a efectos de la prelación en el pago.